Nuestra amiga Candelaria nos hace llegar esta poesía que se inicia con una petición de sus nietos. Nos cuenta...
EL PIRATA DE LOS LUCEROS
¿Nos dices un poesia abuela?
Una poesía...Venid aquí mis niños.
Era un pirata de luceros
con una pata de palo,
un parche en un ojo
y un garfio por mano.

Navegaba por mares lejanos
en su barco a toda vela,
en el mástil más alto
llevaba su bandera,
que ondeaba en el aire
luciendo una estrella.

No era un pirata malo
era un pirata bueno,
que navegaba de noche
para coger los luceros,
que los llevaba a tierra
los esparcía por el suelo,
y se convertian en luciérnagas
para que las vieran
todos los niños buenos.
Pero abuela,
¡no era un pirata bueno!
¡robaba al cielo los luceros!

No mi niño, no los robaba,
se los regalaba el cielo,
porque tiene tantos...tantos...
que unos cuantos
no los echará de menos,
y así de esa forma
tú ves las luciérnagas
entre la hierba del suelo.

Candelaria